La empresa de artículos fotográficos Kodak se declaró en bancarrota en el 2012 al no encontrarse preparada para competir en el mercado digital. Lo irónico del caso, es que uno de sus ingenieros eléctricos, Steven Sasson, presentó una idea para crear una cámara fotográfica digital antes de que estos productos dominaran el mercado. Si bien la compañía le permitió construir un prototipo luego de presentar el proyecto, este fue visto más como una amenaza que como una oportunidad y por ello decidieron mantener el invento en secreto. El caso de Sasson es conocido como un antecedente de un intraemprendimiento fallido.

Esta figura se define como “un colaborador que hace por la innovación corporativa lo que un emprendedor hace por su nueva compañía”.

El Centro de Desarrollo Emprendedor de la Universidad ESAN, establecida en Perú, ha dado a conocer en 2020 los resultados de su estudio “Intraemprendimiento: Gestionando la innovación desde adentro”, en el que detalla que tanto el emprendedor como el intraemprendedor comparten cualidades similares como convicción, creatividad y liderazgo. La diferencia estriba en que el intraemprendedor es un empleado de la organización, mientras que el emprendedor es independiente y el líder de la operación.

 

El término intraemprendimiento nace en el libro Intra-Corporate Entrepreneuship, escrito por el economista estadounidense Gifford Pinchot, fundador de la Escuela de Intrapreneurs de Tarrytown.

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El modelo entre el emprendimiento y el intraemprendimiento es sustancial, ya que el primero es la creación de una empresa por parte de una persona y el segundo es la creación de nuevos negocios dentro de uno existente.

El objetivo central también difiere, pues el emprendimiento pretende alcanzar una posición de liderazgo en el mercado y el intraemprendimiento busca cambiar y renovar el sistema organizacional y la cultura existentes. El financiamiento y el riesgo en el primero va por cuenta del emprendedor y en el segundo, por parte de la organización. 

Según el Global Report 2018/2019 del Global Entrepreneuship Monitor (GEM) países como Suecia, Alemania, Holanda y Chipre que presentan las mejores tasas de emprendimientos corporativos, mientras que en América Latina, Chile y Uruguay lideran las iniciativas de intraemprendimiento, seguidos de Colombia, Puerto Rico y Perú.

Los principales beneficios del intraemprendimiento son la garantía de compromiso y una ventaja competitiva, promoción del liderazgo, atracción y retención del mejor talento humano